Somos conscientes que estas violencias son transversales y que nos afectan a todas, por eso nuestra lucha tiene sentido en un contexto internacionalista porque sólo así podremos luchar de una manera efectiva contra las estructuras patriarcales, capitalistas y racistas
Se cumplen este año 110 años de aquel 8 de marzo en el que las trabajadoras de la Cotton en Nueva York declararon una huelga en protesta por las condiciones insoportables de trabajo. La respuesta del dueño a las demandas de la trabajadoras fue cerrar las puertas y prenderle fuego muriendo abrasadas las trabajadoras.
Han pasado muchos 8 de marzo desde entonces y sin embargo, hoy en 2018 es necesario seguir alzando nuestra voz porque las causas que motivan las desigualdades entre mujeres y hombres siguen vigentes.
El sistema patriarcal y capitalista que nos gobierna se esfuerza en mostrar una cara amable del mismo, intentando dar la imagen de una sociedad igualitaria. Sin embargo la realidad nos muestra lo contrario, las mujeres sufrimos la violencia del sistema y nos situa en una permante situación de vulnerabilidad.
Asociamos violencia a las violencias machistas, sin duda una lacra intolerable que hay que erradicar y que ha dejado en el camino la vida de muchas mujeres. Y sin embargo, el sistema patriarcal ejerce su violencia sobre nosotras para perpetuar su dominación contra las mujeres. Esta violencia, que, a veces, se da sutilmente pero que nos impide que podamos ser autónomas, dueñas de nuestras vidas y de nuestros cuerpos; que pretende controlar nuestra vida sexual y reproductiva; que incumple el principio constitucional de igualdad de remuneración por razón de sexo y que genera una brecha salarial; que invisibiliza el trabajo en el hogar, los cuidados; que nos obliga a renunciar a nuestra carrera professional por la maternidad...
Somos conscientes que estas violencias son transversales y que nos afectan a todas, por eso nuestra lucha tiene sentido en un contexto internacionalista porque sólo así podremos luchar de una manera efectiva contra las estructuras patriarcales, capitalistas y racistas que impiden que podamos acceder a los recursos necesarios para cubrir nuestras necesidades y tener una vida digna.
Por eso, porque queremos romper con las desigualdes que el régimen patriarcal y capitalista nos impone este 8 de marzo paramos para avanzar.
Rosa Albert Berlanga
Coordinadora
EUPV València ciutat
* Crónica agradece a la autora que comparta sus opiniones con nuestros lectores.
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